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Por Luis Bratos, profesor de Educación Secundaria

Desde la antigüedad, los humanos vamos constatando que los tiempos nos cambian y cambian a los de nuestro alrededor…a medida que vamos cumpliendo años, nos parece que los jóvenes son peores a como éramos nosotros; nos parece que son más vagos y dejados en las tareas, que la música que escuchan ni es música ni, en realidad, la escuchan…en definitiva, que el futuro es incierto si depende de la generación actual… pero este pensamiento viene de lejos, ya en la antigua Grecia, opinaban de forma muy similar de la juventud de entonces…

 

“Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.”

Atribuida a Sócrates

 

Pero hay algo que si es distinto, y es la velocidad de ese cambio. En el tiempo que viene (que ya ha venido, de hecho) la velocidad de los cambios es frenética. Sentimos que lo que hoy vale, mañana es pasado. Esto provoca que nuestros jóvenes deban desenvolverse con relativa soltura en este medio. Nos hablan del entorno VICA, un entorno Volátil, Incierto, Complejo y Ambigüo…así es el entorno en el que vamos a vivir (o estamos viviendo). El reto para las escuelas es que es el entorno para el que vamos a educar a nuestros alumnos.

En el artículo nos vamos a centrar en la característica que nos habla de incertidumbre del entorno ¿Cómo debemos formar a nuestros alumnos para desenvolverse en un ambiente incierto?

Pensemos en una persona perdida en una jungla en la que sabe que se esconden múltiples peligros, pero desconoce cuales son ni cuando va a ser sorprendida. Podríamos pensar que sus posibilidades de supervivencia serán altas si es una exploradora que sabe manejarse en distintos medios (remar, nadar, correr, saltar, trepar…) que sabe utilizar diversas armas o herramientas o, incluso, conoce el fundamento de ellas y puede improvisarlas con lo que pueda encontrar…además de ser una exploradora, tenaz y segura de sí misma.

En eso debemos educar a nuestro alumnado, debemos prepararles para ser flexibles, en definitiva. Debemos formarles para poder trabajar a mano, para ser hábiles en aprehender el manejo de la tecnología (que no será la de hoy), para poder trabajar con personas diferentes y con capacidades de su inteligencia diferentes, para poder trabajar en ambientes flexibles y cambiantes, para poder trabajar solos y concentrados o en grupos heterogéneos. Para poder comunicarse en más de una lengua y con gentes de diversas culturas.

La flexibilidad como cualidad de aquello que se adapta, que ante un esfuerzo cambia su forma para compensar esa perturbación…pero, y esto es importante, que conserva su forma original cuando cesa el esfuerzo al que se ha visto sometido, que no pierde su esencia ni su ser original.

 

Alumnos y alumnas con capacidad de adaptación, pero fieles a sus principios y valores, alumnos con altas probabilidades de sobrevivir en un entorno Incierto.

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