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Por Ana Isabel Ortiz García, Orientadora de Fundación Trilema Zamora

Puede que a simple vista lograr estar verdaderamente motivados y motivar a los demás nos parezca un propósito inalcanzable, pues bien sabemos que en muchas ocasiones nos acecha la desmotivación que está presente tanto en la vida social, laboral, familiar y personal.

Antes de comenzar a reflexionar sobre la motivación no hemos de olvidar lo que decía Maslow “El ser humano nunca está completamente satisfecho” y es verdad, porque siempre parece que nos falta algo para estar completamente motivados.

Hay aspectos que hay que tener en cuenta en la motivación, como la edad, conforme se va creciendo van cambiando los intereses y las características de la motivación. La motivación va cambiando y hay tantas motivaciones como personas, a cada uno nos motiva una cosa diferente, lo que motiva a unos no motiva a otros, pero también es cierto que muchos colectivos comparten la misma motivación, por ejemplo, los profesores compartimos la motivación por enseñar.

A veces en el camino hay la verdadera motivación nos encontramos obstáculos y situaciones difíciles, por ejemplo, siempre estamos buscando la aprobación de los demás bien sea de los padres, familiares, profesores, amigos, pareja, hijos, compañeros de trabajo, etc….Y en ocasiones cuando no tenemos la aprobación de éstos surge la desmotivación pensando que nunca damos gusto a los demás pero hemos de ser conscientes que es muy difícil tener la aprobación de los demás, porque en ocasiones, hagas lo que hagas no gustamos a todos y por tanto no tenemos la aprobación de los demás.

Reflexionando sobre lo anterior lo mejor es la “AUTOMOTIVACIÓN” motivarnos a nosotros mismos y disfrutar con lo que hacemos, valorando nuestras habilidades, actitudes, aptitudes, en definitiva cuenta, valorando nuestra manera de ser y haciendo las cosas únicamente por nuestra propia satisfacción sin esperar recompensas por nuestras acciones.

Para motivar a los demás, es importante saber lo que les gusta y disgusta a los demás y actuar teniendo en cuenta esto, escucharles, hacerles saber que pueden lograr las metas valorando las habilidades de cada uno y dotándoles de confianza en sus posibilidades, hay que valorar el esfuerzo y corregir adecuadamente el fracaso buscando en el otro el cambio positivo. Esto lo lograremos si nosotros mismos somos capaces de reflexionar lo que nos gusta y no nos gusta, de valorarnos como personas y de confiar en nuestras posibilidades.

 

¡FELIZ AÑO: QUE EN EL 2020 NO PERDAMOS LA MOTIVACIÓN EN NINGÚN MOMENTO Y LOGREMOS MOTIVAR A LOS DEMÁS!

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